Diversidad sexual

Diversidad sexual


El desarrollo de la identidad es un proceso continuo que comienza en la infancia y se extiende a lo largo de toda la vida. Sin embargo, la adolescencia es una etapa crucial en la formación de la identidad. Durante este período, que generalmente abarca desde los 10 hasta los 19 años, las personas van definiendo quiénes son y su posición en el mundo, lo que incluye la exploración y comprensión de su “identidad de género” (asumirse como hombre, mujer, persona no binaria, etc., independientemente de los órganos sexuales que se tienen), así como el descubrimiento de aspectos relacionados con su orientación sexual (ser gay, lesbiana, bisexual, heterosexual, etc.).

Esto representa grandes retos para las personas responsables del cuidado y educación de adolescentes, aún más si no cuentan con información correcta (incluso, pueden presentarse conflictos dentro y fuera de las familias debido a esta falta de información sobre la “diversidad sexual y de género”). Por ello, en esta cápsula los padres, madres y personas cuidadoras encontrarán contenidos y recursos para que brinden orientación y acompañamiento a sus adolescentes, de tal forma que aprendan a actuar con empatía y respeto ante las distintas identidades de género y orientaciones sexuales y, al mismo tiempo, cuenten con el apoyo y respaldo necesario para que construyan su propia identidad con libertad, salud, confianza y respeto, sin el miedo de vivir violencia o discriminación.

Dicha información se ha organizado en una serie de preguntas y respuestas que se presentan a continuación. Para aprovechar al máximo estos contenidos se recomienda:

  • Leer con atención toda la información y tomar notas;
  • Tener mente abierta ante las distintas temáticas; y
  • Reflexionar sobre lo aprendido junto con las y los adolescentes.

Haga clic sobre las flechas para ver la información.

Antes de comenzar, le invitamos a reflexionar sobre su experiencia como adolescente y persona cuidadora.

Cuando usted era adolescente ¿sus padres estaban de acuerdo con la forma en la que se vestía y arreglaba?, ¿alguna vez le llamaron la atención por su apariencia?, de ser así ¿qué le dijeron?

¿A qué edad tuvo claro que le gustaban los hombres, las mujeres o ambos?, ¿alguna vez habló con sus padres sobre las personas por las que sentía una atracción sexual y afectiva?

¿Usted se identifica o asume como hombre o mujer?, ¿desde cuándo se reconoce así?, ¿por qué se asume así?

Actualmente:

¿Qué piensa acerca de los chicos que se visten o arreglan de forma “femenina”?

¿Qué piensa acerca de las chicas con apariencia “masculina”?

¿Su adolescente se asume como hombre o mujer?

¿Qué piensa sobre la ropa y accesorios que le gusta usar a su adolescente?

¿Sabe si a su adolescente le gustan los hombres, las mujeres o ambos?, ¿se ha acercado a usted para platicar al respecto?


Haga clic sobre cada pregunta para revisar la información de su interés


¿Cómo deben actuar las familias con adolescentes que rompen con la apariencia femenina o masculina tradicional?

Las personas adolescentes tienen derecho a vestirse, peinarse, maquillarse, comportarse y nombrarse como se sientan más cómodas y felices, por ejemplo, un adolescente puede identificarse a sí mismo como hombre y, al mismo tiempo, ponerse vestidos, pintarse los labios o hablar con un tono de voz suave. Esto simplemente puede ser una forma de manifestar y expresar su identidad y personalidad, sin que necesariamente signifique que “es gay”, pues su manera de verse y actuar nada tiene que ver con su orientación sexual, es decir, con la atracción afectiva y sexual que siente hacia alguien.

La apariencia y la conducta de las personas adolescentes pueden coincidir o romper con lo que social y culturalmente se considera “masculino” o “femenino”. Esto es parte de sus derechos y libertades, por lo que sus padres, madres y personas cuidadoras deben comprender que no es malo si exploran lo femenino y lo masculino en su aspecto y comportamiento, puede haber mujeres más o menos femeninas, hombres más o menos masculinos, hombres femeninos, mujeres masculinas, personas con una apariencia ambigua entre lo masculino y lo femenino, entre otras combinaciones que no deben ser motivo de discriminación.


Derecho a vivir libre de toda discriminación

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Las mujeres y los hombres jóvenes somos diversos y, por tanto, tenemos diferente forma de expresar nuestras identidades. Tengo derecho a que no se me discrimine por mi edad, género, sexo, preferencia, estado de salud, religión, origen étnico, forma de vestir, apariencia física o por cualquier otra condición personal. Cualquier acto discriminatorio atenta contra mi dignidad humana. El Estado debe garantizarme la protección contra cualquier forma de discriminación.



Hay grandes beneficios cuando se respeta la apariencia, desenvolvimiento y personalidad de cada adolescente, por ejemplo, esto repercute en una buena salud mental, alta estima y confianza en su persona, relaciones interpersonales sanas y planteamiento de un proyecto de vida con las mejores elecciones para su desarrollo.

Por el contrario, cuando se prohíbe o impide a una persona adolescente expresar su manera de ser con las ropas, accesorios, maneras de hablar, etc., con las que siente comodidad, confianza y felicidad puede enfrentar situaciones de baja autoestima, depresión, pensamientos suicidas, adicciones, entre otros malestares. Por esta razón, es importante apoyar sus decisiones brindándoles una orientación y acompañamiento que les permita desarrollar plenamente su identidad y personalidad reconociendo las acciones que deben procurar para cuidar de sí mismas y prevenir riesgos. En particular, es recomendable preguntar a las personas adolescentes las cosas que les gustan, siempre y cuando no sea para juzgarlas, sino para conocerlas más, lo cual se puede lograr con una comunicación constante y poniendo atención a los intereses que muestran en su vida cotidiana.



¿Cómo pueden las familias brindar apoyo y orientación a adolescentes lesbianas, gays, bisexuales, pansexuales y asexuales?

Las personas adolescentes tienen derecho a que se respete su orientación sexual, es decir, la atracción física, emocional y sexual que sienten hacia determinadas personas. Además de la atracción sexual y afectiva que hay entre hombres y mujeres (personas heterosexuales), existen otras orientaciones sexuales como se muestra en la siguiente infografía:

importante

Las personas adolescentes no tienen que esconder su orientación sexual ni pedir permiso o “perdón” a sus familias por ejercerla libremente.


Derecho a manifestar públicamente mis afectos

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Las expresiones públicas de afecto promueven una cultura armónica afectiva y de respeto a la diversidad sexual. Tengo derecho a ejercer mis libertades individuales de expresión, manifestación, reunión e identidad sexual y cultural, independientemente de cualquier prejuicio. Puedo expresar mis ideas y afectos sin que por ello nadie me discrimine, coarte, cuestione, chantajee, lastime, amenace o agreda verbal o físicamente.


Observe el siguiente video para saber cómo actuar cuando una persona adolescente decide “salir del closet”, es decir, cuando toma la decisión libremente (sin presiones externas) de hablar y vivir su orientación sexual ante las demás personas.

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“Salir del closet” puede ser un proceso gradual, por ejemplo, podría ocurrir primero con amistades o la familia y después en la escuela, el trabajo y otros espacios públicos. En cualquier caso, este proceso debe respetarse (es un acto de violencia revelar la orientación sexual de una persona si no está de acuerdo con ello, pues esto afecta su derecho a la intimidad, vida privada y bienestar emocional). Las mujeres y los hombres tienen distintas presiones al ejercer su sexualidad dado que vivimos en una sociedad heteropatriarcal, donde el valor de lo masculino es mayor que el femenino, por lo cual, en ocasiones a los hombres homosexuales se les hará más fácil salir del clóset a diferencia de las mujeres que se espera de ellas, mandatos de género como casarse, tener hijas/os y cumplir las expectativas. Cada persona adolescente tiene su proceso, frente a este acto de confianza, lo más importante es escucharle.

Las personas adolescentes pueden enfrentar distintas situaciones de violencia y discriminación por su orientación sexual, pues existen muchas creencias incorrectas y prejuiciosas en contra de las personas lesbianas, gays, bisexuales, pansexuales, etc.; por ejemplo, se cree que “son promiscuas e infieles”, “les gusta todo mundo”, “son anormales” o “están confundidas”. Esto último provoca que frecuentemente se cuestione y ponga en duda su orientación sexual, por ejemplo, hay gente que piensa que un hombre que mantiene relaciones sexuales y afectivas con otros hombres “realmente” es gay y miente si dice que es bisexual.

Todos estos son mitos, ya que las personas lesbianas, gays, bisexuales y con otras orientaciones sexuales pueden tomar la decisión de estar con una sola persona y tener una relación monógama; además, cada una cuenta con su propia selección de cualidades que le atrae de ciertas personas y la pareja que tienen en el presente no define su identidad, por ejemplo, una mujer bisexual puede tener una relación de noviazgo con un hombre en la actualidad y ello no la vuelve “menos bisexual”.

importante

Todas las orientaciones sexuales deben respetarse. Los padres, madres y personas responsables del cuidado de adolescentes lesbianas, gays, bisexuales, pansexuales, y asexuales no deben considerar su orientación sexual como una “enfermedad”, “pecado” o “acto inmoral” que debe tratarse o “curarse” con regaños, rechazo, castigos o terapias religiosas o psicológicas a la fuerza; por el contrario, brindarles amor y aceptación incondicional es crucial para su bienestar presente y futuro.



¿Cómo pueden las familias brindar apoyo y orientación a adolescentes trans?

Desde que nacen, las personas son consideradas, tratadas y educadas como “hombres” o “mujeres” dependiendo de si tienen pene o vagina, pero hay quienes tienen una identidad que rompe con esto. Por ejemplo, una persona que nació con pene y ha sido educada y tratada “como hombre” por su familia y comunidad, puede no sentirse identificada con esto, sino reconocerse y vivirse como una mujer o mujer trans. Igualmente, una persona con vagina puede identificarse así misma como un hombre u hombre trans. También, hay personas que no se identifican ni como hombres ni como mujeres (personas no binarias) y personas que sienten que su identidad no es fija ni definible, sino más bien cambiante o “fluida”, de tal forma que pueden sentirse como hombre un tiempo, como mujer en otro o sin un género en particular (personas de género fluido). Todas estas identidades son válidas.

Cabe señalar que el término “personas trans” puede usarse para referirse a éstas y otras personas cuya identidad no coincide con las expectativas que la sociedad impone a partir de los genitales u órganos sexuales con los que nace alguien, por ejemplo, social y culturalmente se espera que quien nace con pene y testículos se asuma como hombre y cumpla con determinadas características en su comportamiento y apariencia, incluyendo su forma de hablar, vestir, peinarse, nombrarse, etc.

La manera en que se identifica una persona (ya sea como hombre, mujer, persona no binaria, persona de género fluido, queer, muxhe, etc.) y la forma cómo se vive ante el mundo y cómo quiere que ser nombrada y reconocida por las demás personas es una vivencia interna y profunda que se denomina “identidad de género”. Esto significa que nadie externo puede definir la identidad de género de una persona, solo ella puede determinarla, aun cuando la gente al mirarla considere, a partir de sus criterios, que es femenina o masculina.

Datos de interés

La identidad de género (ser hombre, mujer, persona no binaria, etc.) y la orientación sexual (ser gay, lesbiana, bisexual, heterosexual, pansexual o asexual) son dos cosas diferentes: la identidad de género se refiere a quién es una persona, mientras que la orientación sexual alude a quién le atrae afectiva y sexualmente.


Durante la adolescencia, el desarrollo de la identidad puede ser un proceso difícil cuando no se ajusta a las normas sociales y no hay aceptación por parte de las personas cercanas. Sin el apoyo y respaldo de su familia, las personas trans pueden presentar inseguridad, miedo, ansiedad, baja autoestima, aislamiento, problemas de concentración, sensación de fracaso escolar, problemas con el consumo de sustancias, trastornos de conducta alimentaria e, incluso, un trastorno depresivo y pensamientos suicidas. Por esta razón, es fundamental que los padres, madres y personas responsables del cuidado de adolescentes trans reconozcan y respeten la manera en la que se identifican, entendiendo que esto es un aspecto fundamental de su personalidad, dignidad y libertad y brindándoles cariño y aceptación incondicional.

Para saber más

Haz clic aquí si desea ver un video sobre la importancia de brindar apoyo y respaldo familiar a personas trans desde su infancia y adolescencia.

Observe el siguiente video para saber cómo apoyar y orientar a adolescentes trans.

En particular, los padres, madres y personas cuidadoras deben fomentar una comunicación abierta y respetuosa al abordar los derechos y vivencias de adolescentes trans, de tal forma que no nieguen su identidad y tampoco emitan juicios o descalificaciones en su contra.

La identidad y los derechos de adolescentes trans se deben reconocer y respetar sin que NADIE (incluyendo, las autoridades de las escuelas e instituciones de salud) les exija:

  • Presentar certificados médicos, psicológicos, psiquiátricos o cualquier otro requisito que ponga en duda su identidad.
  • Demostrar que cuentan con cirugías, implantes o terapias hormonales: el derecho al libre desarrollo de la personalidad permite a las personas trans decidir si se practican o no intervenciones o tratamientos médicos para sentirse plenamente conformes con su cuerpo; además, cada persona trans construye su identidad a través de un proceso de transición único que NO necesariamente implica que su cuerpo o apariencia coincida con el modelo masculino o femenino que socioculturalmente se considera “ideal”, “correcto” o “normal”.
  • Mostrar documentos oficiales en los que conste legalmente el nombre, sexo o género (hombre, mujer, persona no binaria, etc.) con los que se identifican, pues las personas trans aún enfrentan múltiples obstáculos (institucionales, económicos, sociales, etc.) para obtener una documentación actualizada que coincida con su identidad. En caso de que las personas trans sí tengan sus datos actualizados en credenciales, pasaportes, actas de nacimiento u otros documentos personales, el personal de las escuelas, hospitales, empresas, centros de trabajo y otras instituciones no debe solicitarles documentos donde aparezcan los datos de identidad que les asignaron al nacer (esto debe evitarse para respetar su derecho a la vida privada y a la salud, ya que esta petición les coloca en una situación desagradable que puede afectar su estado emocional).

importante

Cada adolescente tiene derecho a definir su identidad y expresarla fuera de categorías que “aplastan” su vivencia personal, sin que esto sea motivo de insultos, regaños, castigos, humillaciones, acoso o cualquier otra situación de violencia o discriminación que afecte su bienestar físico y emocional o su participación en la vida social, educativa, cultural, etc.



Haga clic sobre “Aprendamos cómo…” para encontrar materiales de consulta complementarios
y actividades que puede realizar junto con las y los adolescentes.

Datos de interés

Para platicar con su adolescente sobre los temas abordados en esta cápsula, pueden ver juntos el cortometraje “La carta” de la directora Ángeles Cruz, 2014 (tiene una duración de 17 minutos, es apto para adolescentes de 12 años en adelante y haciendo clic aquí lo podrán observar). Posteriormente, pueden reflexionar a partir de las siguientes preguntas:

  • ¿Por qué Lupe tuvo que irse de su comunidad y alejarse de su familia?
  • ¿Cómo debieron actuar la familia y la comunidad de Lupe para que ella no tuviera que irse?


Reflexiones finales...

La diversidad entre las personas siempre ha existido, pues cada una tiene características y necesidades particulares, pero todas tienen los mismos derechos y son iguales ante la ley.

Las familias deben ver las diferencias de manera positiva y enriquecedora y no asustarse ni actuar con rechazo, insultos, regaños, castigos, humillaciones o cualquier otra forma de violencia y discriminación cuando una persona adolescente se asume como lesbiana, gay, bisexual, trans, no binaria, etc. Al contrario, las demostraciones de cariño y aceptación incondicional, así como el respeto a todos sus derechos, son fundamentales para garantizar su bienestar presente y futuro.

Padre y madre con dos hijos, uno bebé y el otro un niño