Relaciones y afectos

Relaciones sin violencia

Durante la adolescencia, las personas comienzan a experimentar nuevas formas de relacionarse a partir de la atracción sexual o el interés afectivo hacia sus pares, esto incluye el noviazgo y otras relaciones que presentan mayor o menor “formalidad” y frecuencia en sus encuentros.

En esta etapa, también es posible que se desarrollen relaciones marcadas por la violencia, debido a la inexperiencia en la resolución de conflictos y la dificultad para identificar conductas abusivas o violentas, ya que a menudo se perciben como manifestaciones de afecto o cuidado (por ejemplo, al celar a alguien y controlar sus amistades, actividades y formas de vestir, comportarse y relacionarse con los demás). La violencia en las relaciones afectivas o de noviazgo no es natural, sino resultado de una serie de creencias y prácticas que se aprenden y reproducen social y culturalmente (“te cela porque te quiere”, “el amor duele”, “el amor todo lo puede”, etc.), pero que pueden cuestionarse y evitarse.

Considerando todo lo dicho, esta cápsula brinda información para que las familias puedan identificar la violencia en el noviazgo u otras relaciones afectivas entre adolescentes, así como las alternativas para su adecuada atención. Además, destaca la importancia de enseñarles a construir relaciones saludables libres de violencia donde toda actividad o práctica sexual sea voluntaria y no forzada (es decir, con consentimiento).

Dicha información se ha organizado en una serie de preguntas y respuestas que se presentan a continuación. Para aprovechar al máximo estos contenidos se recomienda

  • Leer con atención toda la información y tomar notas;
  • Tener mente abierta ante las distintas temáticas; y
  • Reflexionar sobre lo aprendido junto con las y los adolescentes.

Haga clic sobre las flechas para ver la información.

papá pensando en su adolescencia.

Antes de comenzar, le invitamos a reflexionar sobre su experiencia como adolescente y persona cuidadora.

Durante su adolescencia ¿vivió alguna forma de maltrato físico, emocional o sexual en sus relaciones afectivas o de noviazgo?, ¿cómo le afectó esto?, ¿cómo lo superó?

Actualmente, ¿la persona adolescente a su cargo vive violencia en sus relaciones afectivas o de noviazgo?

¿Alguna vez han hablado sobre violencia en las relaciones de pareja?


Haga clic sobre cada pregunta para revisar la información de su interés.


¿Cómo saber si las y los adolescentes son víctimas de violencia en sus relaciones afectivas o de noviazgo?

En las relaciones afectivas o de noviazgo entre adolescentes pueden presentarse distintas situaciones de violencia, sobre todo:

  • Violencia psicológica o emocional: criticar o comparar el cuerpo, la vestimenta, los gustos personales o la forma de ser de la pareja; aislarla y controlar sus amistades, actividades o redes sociales; amenazar, intimidar, chantajear, humillar, insultar, celar, ridiculizar y cualquier otra acción u omisión que genere tristeza, miedo, ansiedad, culpa, estrés, depresión, trastornos alimenticios, baja autoestima o sufrimiento emocional.
  • Violencia física: pellizcar, arañar, morder, empujar, golpear, patear, ahorcar, quemar y cualquier otra acción que cause dolor físico (aunque no deje lesiones, heridas o marcas en el cuerpo), incluyendo lastimar con objetos, armas de fuego o sustancias ácidas o corrosivas.
  • Violencia sexual: cualquier acto que degrada o daña el cuerpo o la sexualidad de la víctima y atenta contra su libertad, dignidad y bienestar, por ejemplo, forzar a una persona o pareja a tener relaciones sexuales (violación) u obligarla a realizar actos sexuales. Este tipo de violencia también se presenta al obligar o engañar a alguien para que comparta imágenes íntimas, mantenga conversaciones sexuales o participe en actividades sexuales a través de chats en línea, plataformas de videoconferencias u otros medios digitales (a esto se le conoce como violencia sexual digital).

Todas las relaciones son diferentes, sin embargo, ninguna de las conductas violentas que se ha mencionado debe confundirse con juegos o expresiones de afecto, pues esto lleva a su justificación e invisibilización.

importante

La violencia en las relaciones afectivas y de noviazgo vulnera los derechos de los y las adolescentes, provoca distintos daños y, en su forma más extrema, puede causar la muerte.

Percatarse de que existe violencia en una relación afectiva o de noviazgo entre adolescentes no siempre es fácil, ya que las personas suelen ocultarlo por miedo o vergüenza. Sin embargo, hay ciertas señales que pueden indicar si la o el adolescente enfrenta dicha violencia, por ejemplo:


Dé clic en las imágenes.


Éstas son algunas señales que pueden advertir sobre una posible situación de violencia entre adolescentes. No obstante, lo mejor es mantener una comunicación constante y directa para averiguar qué está sucediendo, hablar con calma, brindar una escucha compasiva, apoyar a la persona en todo momento y hacerle saber que puede confiar y contar sus problemas sin recibir juicios, acusaciones ni recriminación alguna.

Ante la duda es importante tratar de hablar sobre el tema, lo cual puede hacerse a partir de películas, libros, eventos culturales, pláticas o talleres que aborden la violencia en las relaciones afectivas o de noviazgo. En caso de que esta estrategia falle, puede ser conveniente acercarse a sus amistades para obtener un poco más de información, tratando de no invadir su privacidad y expresando que lo único que se busca es saber cómo van las cosas.

Observe el siguiente video para saber cómo actuar si sospecha que su adolescente vive violencia en sus relaciones afectivas o de noviazgo.



¿Cómo orientar y apoyar a las y los adolescentes que son víctimas de violencia en sus relaciones afectivas o de noviazgo?

Al identificar que existe violencia en una relación adolescente, lo primero que hay que hacer es crear un ambiente que transmita tranquilidad, confianza y seguridad a la víctima, brindándole apoyo en todo momento y expresándole que nadie sabrá de lo que hablaron si no lo desea. Si se requiere la intervención de las instituciones de salud o justicia, habrá que explicarle la importancia de hablar con las autoridades sobre la violencia que enfrenta para encontrar las mejores alternativas de atención. En estos casos, siempre es aconsejable buscar ayuda profesional.


Pulse sobre las imágenes para conocer otras acciones básicas que pueden emprender los padres, madres y personas cuidadoras:

No “castigues” a tu hija o hijo por lo que le está pasando. Aunque lo justifique o se niegue a dejar la relación dañina ella o él, es la víctima de la violencia (y tiene esos comportamientos como consecuencia de la violencia que sufre).

Transmítele la convicción de que salir de una relación dañina es posible, aunque a ella o él le parezca muy difícil o imposible. Anímale emocionalmente y motívale para su recuperación.

Busca soluciones a los problemas inmediatos que se plantean (acompañamiento, comunicación con ella/él, seguridad, etcétera.).

Intenta combatir el aislamiento a que la pareja le quiere someterla: estar lo más presentes posible, demostrarle lo importante que es su hijo para ustedes, favorecer que amistades y familiares le llamen o queden en verle y/o visitarle.

Si ha decidido romper la relación, pero tiene miedo, ayúdale a hacer un plan para superarlo.

No le fuerces a que termine la relación, cuando no está preparada/o para ello.

Si ha “cortado” con su pareja, aunque sospeches que es algo temporal, intenta que no se ponga en contacto nuevamente con él/ella. Asimismo desaconseja a tu hija/o que le vea o le hable.

No le transmitas noticias ni comentarios de la gente sobre su pareja, ni para bien ni para mal.

Pregúntale si su pareja puede acceder a su teléfono o redes sociales (Instagram, TikTok, WhatsApp, etc.). Procura no regañarle ni culparle por los riesgos y daños que identifiquen y tomen medidas de seguridad y prevención como cambiar sus contraseñas. No es recomendable quitarle el celular o prohibirle las redes sociales, pues esto va a suponer más un castigo que una protección.

Explícale el ciclo de la violencia para que aprenda a verlo en su relación y la fortalezca para resistir las estrategias de manipulación de él.

Convéncele de que su bienestar y su seguridad física y psíquica es tu único interés y que debe ser también su prioridad.

Aunque te diga que no se lo cuentes a nadie, debes buscar ayuda profesional para saber qué se puede hacer en su situación.

Plantéale que existen recursos a su alcance para ayudarle en su situación. Convéncele de acudir a especialistas que conocen su problemática.

Apoya sus decisiones, si te parecen positivas, y desaconseja las que no lo parezcan, pero no tomes decisiones por ella/él (excepto en caso de riesgo).

Aunque no sea la primera vez que te cuenta lo que le pasa o te pida ayuda, para luego mantenerse en la relación de pareja dañina o vuelva a ella, no te desanimes ni la rechaces. Esas “idas y venidas” son parte del proceso y te necesita con la misma entrega todas las veces (aunque te cueste).



Además, puede ser muy útil identificar circunstancias de riesgo como las siguientes:

  • Si la persona agresora ha demostrado tener una personalidad impulsiva y carente de control.
  • Si la persona agresora tiene un consumo problemático de alcohol o sustancias psicoactivas (“drogas”).
  • Si la persona agresora forma parte de un grupo delictivo o ha cometido delitos previos.
  • Si la persona agresora ha hecho amenazas contra el bienestar de la víctima o su familia.
  • Si la o el adolescente está en una relación con una persona mayor de edad (esta situación por sí misma puede constituir un delito).


¿Por qué durante la adolescencia puede ser difícil salir de relaciones afectivas o de noviazgo donde hay violencia?

Muchas veces, es sumamente difícil para las personas adolescentes salir de una relación afectiva o de noviazgo donde hay conductas violentas, ya que las justifican y consideran muestras de amor por parte de su pareja, lo cual ocurre frecuentemente con los celos y, el subsecuente, control de sus amistades, actividades y formas de vestir, hablar, comportarse y relacionarse con los demás.

Cabe mencionar que las y los adolescentes suelen iniciarse en el mundo de las relaciones afectivas y de noviazgo sin tener una guía que les oriente sobre cómo debe ser una relación saludable, a veces sus únicos referentes son los estándares que promueven los medios de comunicación y las redes sociales sobre cómo debe ser una relación romántica ideal, lo cual comúnmente está muy alejado de la realidad.

Además, la adolescencia es una etapa en la que se agudiza el miedo a la soledad, lo cual incrementa la dependencia emocional (Hernández, 2022). También, es importante reconocer que la violencia es cíclica: la pareja no es violenta todo el tiempo, sino que después de agredir ofrece disculpas, da regalos, promete que no volverá a maltratar y asegura que va a cambiar.

Círculo o ciclo de la violencia en la pareja

Pulse sobre las flechas para conocer un ejemplo del círculo de la violencia.

Pareja con conflictos

Una pareja comienza a evadir sus diferencias y conflictos (que son parte de las relaciones humanas, pero que no tienen que necesariamente llevar a la violencia) en lugar de resolverlas y buscar acuerdos, comienza a acumularse tensión.

Pareja con conflictos alimentados por la violencia cultural

En muchas ocasiones los conflictos se ven alimentados por la violencia cultural que valida estereotipos, formas de relación poco saludable y la presencia misma de la violencia en la pareja.

Hombre ejerciendo violencia física a su pareja

Las personas no siempre controlan correctamente sus impulsos y deciden (porque es una decisión, aunque ocurra en unos segundos, siempre se puede decidir si lo hacemos o no) ejercer algún tipo de violencia directa sobre la otra persona (física, psicológica, etcétera).

Hombre con arrepentimiento

Tras una manifestación clara de la violencia, suele aparecer el arrepentimiento en el cual, con la intención de poder retomar la relación, se hacen promesas de cambio (generalmente “no va a volver a pasar”) que no siempre se cumplen.

Pareja reconciliada pero con conflictos latentes

Frente a la emoción que produce el volver a recuperar la relación, las promesas parecen la solución al conflicto; sin embargo, lo más común es que este conflicto siga latente, lo que tarde o temprano puede llevar a una nueva acumulación de tensión.

Los conflictos de la pareja cobran mayor fuerza

Lo que generalmente ocurre en estos casos es que las etapas de reconciliación y aparente calma poco a poco van disminuyendo; mientras las etapas de acumulación de tensión y explosión aguda cobran mayor fuerza.

Ciclo de violencia en aumento

Cada vez que se repite el ciclo, la violencia puede aumentar de gravedad (pasando de insultos a golpes, por ejemplo). Es por esto que es importante atender la violencia cuando recién comienza, ya que en cuanto cobre mayor fuerza, será más complicado.

Se alterna la violencia con la aparente calma y/o muestras excesivas de afecto

La forma en la que se alterna la violencia con la aparente calma y/o muestras excesivas de afecto durante la luna de miel, hace que las personas que reciben violencia piensen que la otra persona “no siempre es mala” o que “pronto va a cambiar” y estas ideas las mantienen a la espera, con el riesgo de que las cosas empeoren. Esta situación no tiene que ver, como comúnmente se piensa, con que a las mujeres “les gusta que las maltraten” o que “sean muy tontas”, sino que existen mecanismos psicológicos que las llevan a no poder ver una salida o a depender emocionalmente de su agresor.


Las personas agresoras también usan técnicas de engaño psicológico como:

  • El gaslighting implica hacer que la persona dude de su razón o juicio mediante una prolongada labor de descrédito de sus percepciones y recuerdos. Por ejemplo: cuando alguien hace o dice algo que molesta o lastima a su pareja, pero lo niega haciéndole comentarios que la hacen dudar de lo sucedido como: “yo no estaba ligando, deja de inventarte cosas”, “yo nunca dije o hice eso”, “¿estás segura o seguro de eso?”, “estás exagerando, las cosas no fueron así”, etc.
  • El love bombing (o bombardeo de amor en español) ocurre cuando un integrante de la relación llena de halagos, comentarios amorosos, palabras cariñosas y atenciones a la otra persona con el fin de manipularla y controlarla, por ejemplo, usando frases como "no puedo dejar de pensar en ti", "solo quiero hacerte feliz" o "quiero estar contigo todo el tiempo" y agregando peticiones o exigencias que vulneran su voluntad o autonomía (“necesito que me demuestres tu amor”,“si dejas de ver a tus amistades podremos estar juntos más tiempo”, etc.).
Violencia psicológica

Las personas adolescentes que son víctimas de estas técnicas de engaño psicológico ya no saben cuál es la realidad, ven la violencia, pero también escuchan las promesas de amor de la otra persona, al mismo tiempo, su autovaloración baja más y más porque las hacen sentir culpables de lo que está pasando. Igualmente, puede suceder que la persona agresora diga que se hará daño si la dejan, forzando a la o el adolescente a quedarse. Aunado a ello, quizá sienta vergüenza de admitir que su pareja ha sido violenta o miedo de que se le culpe o responsabilice por ello (“ya ves, te lo dije”, “eso te pasa por tonto o tonta”, etc.). De ahí que, en muchos casos, la víctima se aleje o distancie emocionalmente de sus amistades o familiares, siendo la única persona cercana “que le queda” la que la violenta.

Por todo esto, es fundamental que los padres, madres y personas cuidadoras escuchen a las y los adolescentes que sufren violencia en sus relaciones afectivas o de noviazgo. No desde el regaño, sino haciéndolas sentir fuertes y seguras para terminar con esas relaciones. El amor y el apoyo incondicional de sus familias es esencial para que salgan de una relación violenta y puedan sobrepasar todos esos factores psicológicos, sociales e incluso económicos que les dificultan dejarla (Hernández, 2022). Cabe mencionar que aun cuando aquí no se habla de violencia económica, ya que la mayoría de las y los adolescentes viven y dependen económicamente de sus madres, padres o personas responsables de su crianza, un estudio señala que el dinero es percibido por los hombres adolescentes como un símbolo de poder para pagar, conquistar y mandar, lo que puede generar violencia en la interacción entre parejas adolescentes (Villaseñor y Castañeda, 2003).



¿Cómo orientar a las y los adolescentes que ejercen violencia en sus relaciones afectivas o de noviazgo?

Violencia de género

Si una persona adolescente está ejerciendo violencia en sus relaciones afectivas o de noviazgo, su padre, madre o quien esté a cargo de su cuidado debe abordar esta situación de manera responsable y efectiva, algunas medidas para lograrlo son:

  • No culpar a la víctima y no justificar al agresor (evitar afirmaciones como “él no le pegaría si no la viera platicando con otros muchachos”, “ella ya sabía que mi hijo es explosivo”, etc.).
  • Buscar ayuda profesional para la persona que ejerce violencia, por ejemplo, asesorías o terapias psicológicas, grupos de ayuda o servicios proporcionados por organizaciones que traten temas de violencia en su localidad.
  • Enseñar sobre relaciones saludables y responsabilidad afectiva, es decir, inculcar en las personas agresoras la importancia de ser conscientes y responsabilizarse de las consecuencias de sus actos y fomentar el desarrollo de habilidades para mostrar sus emociones y sentimientos con respeto y comunicación asertiva para llegar a acuerdos.
  • Ejercer supervisión continua y estar al pendiente de las conductas, reacciones e interacciones de la persona agresora.

Datos de interés:

Aunque existen mujeres que agreden a sus parejas, las estadísticas indican que la situación más frecuente es que los hombres sean quienes violentan. Esto se debe a creencias tradicionales que promueven en los hombres ciertas actitudes de dominación sobre las mujeres y justifican la violencia que ejercen contra ellas.


Dé clic en las imágenes para escuchar algunos comentarios que justifican la violencia contra las mujeres y restan responsabilidad a los agresores.


Para reflexionar:

Ha escuchado alguno de estos comentarios en su entorno cotidiano?



¿Cómo saber si una persona adolescente ha sido víctima de violencia sexual?

En toda actividad, práctica o relación sexual debe haber consentimiento, es decir, todas las personas involucradas tienen que estar de acuerdo y sentirse cómodas con lo que hacen. El consentimiento sexual es un acuerdo voluntario específico que se manifiesta a través de la expresión verbal constante. Para que haya consentimiento en una relación sexual es indispensable que todas las personas involucradas tengan información clara sobre los límites y preferencias personales en las prácticas sexuales y tomen decisiones en conjunto sin obligar, amenazar, presionar o violentar a la otra persona para que acepte o haga algo que no se desea. Hay situaciones en las que se presenta una de estas características, pero no todas, entonces no hay consentimiento.

importante

La decisión de participar (o no) en un acto sexual debe tomarse libremente. Cada persona tiene derecho a cambiar de opinión en cualquier momento y puede detener la actividad sexual. No se debe asumir que porque una vez hubo consentimiento, esto no puede cambiar.

Cabe mencionar que nadie puede dar su consentimiento si está inconsciente o bajo el efecto de alcohol o sustancias psicoactivas (“drogas”), pues esto disminuye o anula su capacidad para decidir de manera consciente e informada si quiere o no tener relaciones sexuales. El consentimiento sexual se aplica en todas las relaciones sin importar la duración o la naturaleza de las mismas, es así que debe haber consentimiento en las relaciones formales o casuales entre personas heterosexuales, gays, lesbianas, bisexuales, etc.

Las personas adolescentes pueden ser:

  • Mujeres lesbianas: se sienten atraídas sexual y afectivamente por otras mujeres.
  • Hombres gays: se sienten atraídos sexual y afectivamente por otros hombres.
  • Personas bisexuales: sienten atracción sexual y afectiva por hombres y mujeres.
  • Personas pansexuales: sienten atracción sexual y afectiva hacia alguien sin importar si es hombre, mujer o se identifica de otra manera.
  • Personas asexuales: sienten poca o nada de atracción, interés o deseo sexual por otras personas.

Algunas personas adolescentes pueden sentirse cómodas con estas “etiquetas”, pero NO es forzoso que se identifiquen con alguna, sólo son una forma de nombrar experiencias similares y recordar que no están solas, pues otras personas viven algo parecido.

Enseñar a las y los adolescentes sobre el consentimiento sexual les ayuda a desarrollar relaciones respetuosas y saludables; también, contribuye a su bienestar y a la prevención de situaciones de riesgo porque comprenden que es su derecho decidir cuándo y con quién tener relaciones sexuales y que estas decisiones deben ser responsables, consensuadas y placenteras; entienden que siempre pueden decir “no” y deben respetar el “no” de la otra persona; y reconocen que cualquier acto sexual que les cause sensaciones negativas puede ser considerado agresión, violencia e, incluso, un delito.


Pulse sobre cada maleta para conocer algunos tipos de violencia sexual.


NO EXISTE NINGÚN MOTIVO QUE JUSTIFIQUE LA VIOLENCIA SEXUAL

No importa cómo vestía el o la adolescente, si estaba bajo los efectos de alguna droga o el alcohol, no importa que haya dicho que sí en algún otro momento: cuando una persona manifiesta su desacuerdo con la relación sexual en ese momento en particular, y se le obliga, esto se convierte en un abuso.

Analice lo anterior a partir del:


Derecho a vivir libre de violencia

De clic en el botón Reproducir para conocer más.

Cualquier forma de violencia hacia mi persona afecta el disfrute pleno de mi sexualidad. Tengo derecho a la libertad, a la seguridad jurídica y a la integridad física y psicológica. Ninguna persona debe abusar, acosar, hostigar o explotarme sexualmente. El Estado debe garantizarme el no ser torturada/o, ni sometida/o, a maltrato físico, psicológico, abuso, acoso o explotación sexual.


El diálogo continuo y sin prejuicios sobre temas de sexualidad y consentimiento es fundamental para que las y los adolescentes se sientan con la confianza de compartir sus experiencias y preocupaciones. Una relación cercana y de comunicación constante puede ser clave para saber si han sufrido violencia sexual; sin embargo, es importante prestar atención a ciertos comportamientos que pueden ser indicios de violencia sexual, aunque no siempre sean concluyentes.



¿Qué hacer si una persona adolescente ha sido víctima de violencia sexual?

La educación integral en sexualidad favorece la comunicación con los y las jóvenes

Cuando una persona adolescente siente la confianza de hablar sobre una situación de violencia sexual que ha vivido, es preciso escúcharle tranquila y atentamente sin juzgarla ni pensar que miente o fantasea. También, hay que hacerle saber que se le cree y que no es culpable de lo que vivió; no se le debe presionar para que cuente detalladamente todo lo ocurrido, lo mejor es buscar la ayuda de una persona especializada (en la línea de emergencia 911 se puede conseguir ayuda y orientación para acceder a los servicios especializados de atención a la violencia sexual).

Si se trata de una violación, la atención médica debe ser inmediata, las instituciones de salud tienen la obligación de atender estos casos como emergencias. Cabe resaltar que, en México, las niñas y adolescentes tienen derecho a la interrupción legal del embarazo consecuencia de una violación, es decir, pueden acceder a un aborto seguro en una clínica u hospital sin ser sancionadas por las autoridades con cárcel, multa o de cualquier otra manera. Las instituciones de salud pública tienen la obligación de brindar este servicio de manera gratuita y sin ninguna excusa, por ejemplo, no pueden argumentar que no tienen personal médico o de enfermería que acepte llevar a cabo un aborto, ya que cada profesional tiene derecho a negarse a realizar este procedimiento, pero las instituciones de salud tienen la obligación de contar con personal dispuesto a realizar dicha intervención para no afectar los derechos sexuales y reproductivos de las niñas, y adolescentes; además, no se puede negar o retrasar el servicio de interrupción del embarazo si su vida o salud están en riesgo (si esto ocurre, el personal de salud responsable puede recibir sanciones de carácter administrativo o penal). Tampoco, es necesario presentar una denuncia previa en el Ministerio Público para acceder a un aborto legal y seguro.

importante

De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana 046, en casos de violación:

  • Las adolescentes mayores de 12 años pueden solicitar la interrupción legal del embarazo SIN contar con el permiso o consentimiento de su padre, madre o tutor legal.
  • Las niñas y adolescentes menores de 12 años pueden acceder a la interrupción legal del embarazo mediante una solicitud previa por escrito de su padre, madre o tutor.

Igualmente, la atención psicológica profesional y el apoyo emocional por parte de las familias es crucial para la recuperación de las y los adolescentes víctimas de violencia sexual. Además, se deben denunciar los hechos en las fiscalías o agencias del Ministerio Público para que puedan acceder a la justicia. Las autoridades tienen la obligación de investigar, pero en ningún momento deben forzar a las víctimas a declarar o participar en actividades de investigación, tienen que trabajar respetando los derechos de las y los adolescentes.

Para saber más:

Haga clic aquí para consultar más información sobre los servicios especializados para la atención de la violencia sexual.



Haga clic sobre “Aprendamos cómo…” para encontrar materiales de consulta complementarios
y actividades que puede realizar junto con las y los adolescentes.

Aprendamos cómo
Madre e hijo adolescente investigando en internet

Para profundizar en los temas de esta cápsula, le recomendamos ver estos recursos audiovisuales en compañía de la o el adolescente a su cargo:

Posteriormente, pueden conversar y responder en conjunto las siguientes preguntas:

  • ¿Habías identificado los comportamientos descritos en los videos como parte de la violencia sexual?
  • ¿Te parece exagerado considerar estos comportamientos como violencia sexual? (En caso de que conteste afirmativamente, reflexione con la o el adolescente para que comprenda porque son conductas violentas que afectan los derechos y el bienestar de las personas).
  • ¿Por qué crees que se presentan este tipo de comportamientos?
  • ¿Has sufrido o conoces a alguien que sufra las violencias descritas en los videos? ¿Cómo has o han enfrentado estos comportamientos violentos?
  • ¿Crees que contarle a una persona adulta pueda ayudar a frenar la violencia sexual?
  • ¿Qué pueden hacer las personas adultas para que sientas la confianza de contarles si vives violencia sexual?

Recuerde que puede compartir sus propias anécdotas y escuchar atentamente lo que la o el adolescente tenga que decir para generar un ambiente de confianza.



Reflexiones finales...

Los padres, madres y personas cuidadoras deben informarse sobre los comportamientos violentos que pueden presentarse en las relaciones afectivas o de noviazgo entre adolescentes, para poder brindarles la orientación y atención profesional que requieran en caso de ser víctimas o agresores.

Distinguir la violencia en las relaciones adolescentes puede ser complicado, especialmente, en casos de maltrato emocional o psicológico; sin embargo, la ausencia de lesiones visibles no significa que la relación sea sana, por lo que hay que prestar atención a los distintos factores que pueden hacer que alguien permanezca en una relación violenta (por ejemplo, sentimientos de culpa y vergüenza, miedo a más agresiones, chantajes o promesas de cambio sin cumplir, etc.).

Las y los adolescentes deben entender que una relación saludable ofrece bienestar y respeto mutuo y no causa dolor ni pérdida de independencia. También, deben aprender desde temprana edad sobre el consentimiento, pues esto les permitirá reconocer situaciones de violencia sexual y, en caso de vivirlas o estar en riesgo, pedir ayuda a las personas adultas responsables de su cuidado.