Relaciones y afectos
A lo largo de esta cápsula, los padres, madres y personas responsables del cuidado de adolescentes encontrarán distintas temáticas que les permitirán comprender los procesos mentales y emocionales por los que atraviesan las y los adolescentes durante el enamoramiento y la diferencia entre éste y el amor. Asimismo, podrán identificar las relaciones afectivas y sexuales entre adolescentes que resultan saludables y aquellas que no lo son.
La información se ha organizado en una serie de preguntas y respuestas que se presentan a continuación. Para aprovechar al máximo estos contenidos se recomienda:
- Leer con atención toda la información y tomar notas;
- Tener mente abierta ante las distintas temáticas; y
- Reflexionar sobre lo aprendido junto con las y los adolescentes.
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¿Cómo se vive el enamoramiento durante la adolescencia?
El enamoramiento es la atracción que se siente hacia una persona, se basa en una ilusión porque la persona enamorada piensa en todas las cualidades positivas que espera que tenga la otra persona, sin ningún sustento más allá de sus ideas.
Durante las primeras fases del enamoramiento, puede producirse en el cerebro un fenómeno llamado “limeranza”, el cual es un estado mental involuntario de intensa atracción basado en la idealización de una persona. La limeranza puede provocar:
- Palpitaciones del corazón, temblor, insomnio, falta de apetito, angustia.
- Pérdida relativa del contacto con la realidad.
- Pensamientos intrusivos (fantasías e ilusiones) sobre la persona por la que se siente el enamoramiento.
- Dicha persona se convierte en el centro de motivación y sólo se ve lo positivo en ella.
- Deseo de contacto físico y reciprocidad, miedo al rechazo y separación intolerable de esa persona.
Estos sentimientos no deben ser menospreciados o minimizados por los padres, madres y personas cuidadoras. Al contrario, es importante entender que la vivencia de la persona adolescente es real y debe ser tratada como tal, por lo que se le debe brindar apoyo, validar las emociones que está experimentando y evitar frases como “no sabes lo que dices”, “eres muy joven para andar pensando en esas cosas”, “después ni te vas a acordar” u otras similares.
También, hay que proporcionar información y orientación a las y los adolescentes para que distingan la diferencia entre enamoramiento y amor, comprendan cómo es una relación basada en amor y entiendan qué sucede en su cerebro cuando se enamoran. Así, tendrán más posibilidades de identificar tanto las sensaciones placenteras del enamoramiento como aquellas que podrían influir en conductas que pueden afectar a la otra persona (como querer verla siempre, tratar de saber lo que hace, actuar a partir de los celos, etc.). Es importante que las y los adolescentes aprendan a racionalizar estas emociones para que puedan tomar decisiones de manera responsable.
Para saber más:
Haga clic aquí para consultar un cuadernillo que le permitirá comprender cómo surge el enamoramiento y la limeranza durante la adolescencia (IPAS, 2021).
¿Cómo se vive el amor durante la adolescencia?
Durante la adolescencia es frecuente que se confunda amor con enamoramiento, pues es una etapa en la que se está experimentando y aprendiendo sobre las relaciones sexuales y afectivas, las cuales muchas veces se ven influidas por las creencias sobre el “amor romántico” que difunden las canciones, los libros, las películas, la publicidad, los programas de radio y televisión, las redes sociales, las amistades y las propias familias.
Por todo esto, es importante orientar a las y los adolescentes para que identifiquen cómo los mitos del amor romántico influyen en las dinámicas de las relaciones sexuales y afectivas que establecen; cuestionen las expectativas sociales acerca de la creación de vínculos amorosos y sean capaces de construir relaciones basadas en el respeto mutuo y la igualdad, donde las personas puedan ser auténticas y libres de convivir sin las restricciones que imponen esas creencias prejuiciosas.
Igualmente, los padres, madres y personas cuidadoras deben transmitir a las y los adolescentes que el amor no se trata sólo de atracción física o cariño hacia otra persona, es un sentimiento que se construye —desde el afecto y el compromiso— cuando ya se conoce a la persona con sus cualidades, imperfecciones y debilidades, es un acto consciente de estar ahí para ella y tener un deseo de verla crecer como individuo y, al mismo tiempo, es resultado de un trabajo constante que requiere esfuerzo de ambas partes y se mantiene a través de la responsabilidad de cumplir acuerdos compartidos.
El amor es respeto, es seguridad, es confianza, es reconocimiento, es compromiso, es comunicación, es honestidad, es consideración, es apreciación, es reafirmación, es cuidar y valorar a la otra persona de manera recíproca (bell hooks, 2000).
Además, hay que hacerles saber la importancia de dialogar si están inconformes con algún aspecto de la relación y, si no pueden llegar a un acuerdo, comprender que a veces es mejor no continuar.
Observe el siguiente video para saber cómo apoyar a las y los adolescentes cuando enfrentan una ruptura amorosa.
¿Qué tipo de relaciones sexo-afectivas hay durante la adolescencia?
Aquí se hablará de “relación sexo-afectiva” en lugar de “relación amorosa” o “relación de pareja”, ya que una relación entre adolescentes puede implicar no solo amor, sino atracción, contacto, afectos y puede ocurrir entre dos o más personas.
Cabe señalar que las y los adolescentes pueden entablar distintas relaciones sexo-afectivas, por ejemplo, algunas se conocen como:
- “Relación monógama”: Existe exclusividad sexual, es decir, hay un vínculo sexual sólo con una persona.
- “Relación abierta”: La pareja tiene flexibilidad respecto a los encuentros sexuales con otras personas.
- “Amigovios o amigos con derechos”: Relación donde existe un vínculo de amistad y también hay encuentros eróticos o sexuales, de tal forma que las personas involucradas no buscan enamorarse, sólo pasarla bien.
- “Free”: Relación casual y corta que se caracteriza por el encuentro sexual entre dos personas motivado por la atracción, donde no existe un vínculo afectivo o compromiso.
- “Poliamor”: Hay una relación amorosa con más de una persona.
Éstas son etiquetas o nombres para describir o clasificar diferentes tipos de relaciones, pero en todas lo más importante son los acuerdos que realmente establecen las personas involucradas, es decir, las decisiones tomadas en conjunto que mejor se adaptan a sus expectativas y les dan tranquilidad en sus vidas, sin importar el título que le pongan a la relación. Por ejemplo, algunos acuerdos podrían definir si la relación es formal o informal, con qué frecuencia se verán, si será ocasional o más frecuente, si existe exclusividad o pueden estar con otras personas en un contexto romántico o sexual y bajo qué términos, etc.
Los padres, madres y personas cuidadoras deben enseñar a las y los adolescentes que para tener una relación sexo-afectiva saludable todas las personas involucradas deben estar informadas y conformes con lo que sucede en la relación, de tal forma que ésta sea resultado de una elección consciente y de acuerdos basados en la responsabilidad afectiva, la cual implica reconocer las propias emociones y cómo afectan a otras personas; comunicar dichas emociones de manera clara y respetuosa y, al mismo tiempo, escuchar y validar los sentimientos y pensamientos de otras personas con empatía (sin desestimarlos).
Para reflexionar:
¿Cómo eligió usted a su pareja?
Analice su respuesta a partir del:
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Existen varios tipos de familias, uniones y convivencia social. Tengo derecho a decidir libremente con quién compartir mi vida, mi sexualidad, mis emociones y afectos. Ninguna de mis garantías individuales debe ser limitada por una decisión. Nadie debe obligarme a contraer matrimonio o a compartir con quien yo no quiera mi vida ni mi sexualidad.
¿Cómo puede usted contribuir al ejercicio de este derecho?
Respetar la elección de pareja y no prohibirla o imponerla es la clave. Sin embargo, es una experiencia común de las madres y padres que no sientan mucho agrado hacia la pareja de su hija o hijo adolescente, tal vez con razones válidas, tal vez no. Si considera que la relación no es sana, por supuesto que puede opinar y mantenerse al tanto de lo que ocurre en la relación. También, es importante orientar a su adolescente sobre los derechos que deben respetarse dentro de una relación y recordarle que puede acercarse a usted si esos derechos se ven afectados.
¿Es normal que haya celos y dependencia en las relaciones sexo-afectivas entre adolescentes?
De vez en cuando, puede suceder que las y los adolescentes sientan celos. Cabe aclarar que los celos están arraigados al miedo de perder a una persona con la que se ha establecido un vínculo y pueden ser una expresión de inseguridad, miedo al rechazo, miedo al abandono, sentimiento de exclusión, malestar, etc.
Esto se agudiza con las creencias fuertemente arraigadas en la sociedad acerca de que la pareja debe ser el centro de la vida y los afectos, mientras que los celos son vistos como una muestra de amor e interés hacia una persona. A estos mitos se suman las ideas que refuerzan la masculinidad tradicional al considerar que la mujer es una propiedad y un “territorio conquistado” por el hombre.
Los padres, madres y personas cuidadoras deben orientar a las y los adolescentes para que logren comprender que:
- Si una persona deja que los celos la controlen, tendrá ideas y acciones irracionales que pueden volverse violentas (condicionar, chantajear, espiar, amenazar) y opuestas a lo que debe ser el amor.
- El amor debe ser libre, es decir, una elección y decisión constante de mantener un compromiso con otra persona por el cariño, cuidado, confianza, atención y respeto que se le tiene, por lo que ningún miedo o cantidad de “precauciones” celosas forzará a una persona a asumir tal compromiso.
- Las personas involucradas en una relación deben hablar sobre lo que consideran infidelidad para saber si coinciden o no están buscando el mismo tipo de relación.
- Es natural querer compartir todo el tiempo con la persona amada, sobre todo al inicio de la relación, sin embargo, es importante buscar espacios y tiempo para desarrollar actividades del gusto e interés personal y nutrir las amistades que cada quien tiene de forma independiente; el que dos personas estén en una relación no significa que deban gustarles las mismas cosas o que deban sacrificar sus sueños, las personas involucradas en una relación saludable siguen siendo individuos que pueden disfrutar de gustos, actividades, pasatiempos, compromisos familiares y amistades diferentes, NO pierden su independencia, autonomía o identidad, pues reconocen y disfrutan su derecho a desarrollarse como personas libres.
¿Qué pueden hacer las familias para que las y los adolescentes construyan relaciones sexo-afectivas saludables?
Las relaciones sexuales y afectivas suelen ser muy importantes para las y los adolescentes, pues les permiten entender y experimentar vínculos emocionales distintos a los que mantienen con su familia y amistades y descubrir intereses y preferencias, lo cual influye en la construcción de su identidad.
Para que las y los adolescentes puedan entablar relaciones sexuales y afectivas saludables, es decir, basadas en el respeto mutuo, la responsabilidad compartida, la confianza, el compromiso y un trato igualitario libre de violencias, es necesario que aprendan a:
- Hablar abierta y honestamente sobre los aspectos importantes de la relación y resolver los problemas de manera constructiva.
- Eliminar dinámicas disfrazadas de romanticismo que causan dolor o malestar dentro de las relaciones sexuales y afectivas, para lo cual tendrán que cuestionar las creencias sociales que dificultan construir relaciones igualitarias, por ejemplo, aquellas que sostienen que las mujeres deben asumir un papel “pasivo” en la relación, fingir que son de cierta manera para darse a desear, no comunicar sus deseos sexuales, encargarse de los cuidados y afectos en la relación, etc.; mientras que los hombres tienen que ser quienes tomen las decisiones sin importar la opinión de sus parejas y no deben atarse a una mujer, ser cariñosos, decir la verdad, expresar sus emociones, ser atentos, entre otras ideas prejuiciosas que fomentan dinámicas injustas en las relaciones.
- Crear relaciones igualitarias donde todas las personas involucradas aporten el mismo valor emocional y compromiso recíproco, creando vínculos no desde la pasividad o la agresividad, sino a partir del cariño y cuidado mutuo para que puedan sentirse felices generando espacios de seguridad, comunicación, igualdad y consideración mutua.
Haga clic sobre “Aprendamos cómo…” para encontrar materiales de consulta complementarios
y actividades que puede realizar junto con las y los adolescentes.
Para poner en práctica lo aprendido en esta cápsula, usted puede plantear las siguientes preguntas a la persona adolescente que está bajo su cuidado (puede hacerlo a través de una charla casual):
- ¿Cómo sabes cuándo estás enamorado o enamorada?, ¿qué sientes? (ésta puede ser una oportunidad para explicarle acerca de la limeranza)
- ¿Qué quieren los hombres en una relación?, ¿las mujeres buscan lo mismo?, ¿qué tipo de relación te gustaría tener a ti?, ¿cómo quieres que te traten?, ¿qué cosas no aceptarías?
Si su adolescente ya mantiene una relación sexo-afectiva con alguien, puede preguntarle:
- ¿Cómo toman las decisiones?, ¿se comunican abiertamente sobre lo que están dispuestos a aceptar?, ¿sientes que ponen límites claros?, ¿qué pasa si la persona con la que tienes una relación rompe un acuerdo que establecieron?
También, puede hacer clic aquí para descargar una guía y después compartirla con su adolescente para que aprenda cuestiones de sexualidad, afecto, respeto e intimidad que le permitirán construir relaciones sanas, donde cuide a la otra persona, pero también de sí mismo (Ayuntamiento de Burgos, 2021).