Cuerpo y cambios

Cuerpo y cambios


Los padres, madres y personas cuidadoras tienen la oportunidad de fomentar entre las y los adolescentes una relación positiva y saludable con sus cuerpos, lo cual es fundamental para su bienestar físico, emocional y social. Para lograrlo, esta cápsula pone a su disposición información y recomendaciones que les permitirán brindar un acompañamiento encaminado a fortalecer la autoestima de las y los adolescentes y una orientación que fomente el conocimiento, exploración, cuidado y valoración de sus cuerpos, así como la toma de decisiones libres, responsables e informadas sobre su sexualidad.

Dicha información se ha organizado en una serie de preguntas y respuestas que se presentan a continuación. Para aprovechar al máximo estos contenidos se recomienda:

  • Leer con atención toda la información y tomar notas;
  • Tener mente abierta ante las distintas temáticas; y
  • Reflexionar sobre lo aprendido junto con las y los adolescentes.

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Antes de comenzar, le invitamos a reflexionar sobre su experiencia como adolescente.

¿Recuerda cómo cambió su cuerpo durante la adolescencia? ¿alguno de estos cambios le causó preocupación o incomodidad?

¿Su comportamiento fue diferente durante esta etapa? ¿cómo lo tomó su familia?

¿Qué cambios físicos y emocionales ha notado en su adolescente?

¿Cómo se siente usted ante estos cambios?

¿Su adolescente se ha acercado a usted para hablar sobre los cambios por los que atraviesa?


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¿Qué cambios corporales, emocionales y sociales se presentan durante la adolescencia?

Hombre adolescente desnudo con espuma para razurar

Durante la adolescencia —es decir, entre los 10 y los 19 años (OMS, 2017)—, las personas presentan cambios intensos en su cuerpo, mente y emociones. Además, las y los adolescentes enfrentan nuevos retos sociales. Por ello, es importante entender estos cambios para poder ofrecerles apoyo y guía mientras pasan por esta etapa de transición entre la niñez y la vida adulta.

La pubertad es una etapa en la que el cuerpo de las y los adolescentes experimenta un aumento en la producción de hormonas, lo cual provoca distintos cambios físicos, por ejemplo, crece el vello facial y púbico, los olores corporales se intensifican y puede haber acné o imperfecciones en la piel. También, hay cambios relacionados con la reproducción, por ejemplo, en las adolescentes crecen los senos, se amplían las caderas y aparece la primera menstruación (sangrado por la vagina); mientras que los adolescentes tienen las primeras erecciones y eyaculaciones (expulsión de semen y espermatozoides).


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ícono sobre la menstruación. ícono sobre la eyaculación.

Menstruación

  • Es un ciclo natural donde el cuerpo de las mujeres se prepara para un posible embarazo.
  • Cada mes, la membrana que cubre el útero (endometrio) se espesa para recibir un óvulo fecundado. Si no ocurre la fecundación, este recubrimiento se desintegra y elimina a través del sangrado de la menstruación.
  • Comúnmente el ciclo es de 28 días, pero esto puede variar entre cada persona, por ello es recomendable que las adolescentes lleven un registro para identificar cada cuando se presenta su ciclo.
  • Algunos síntomas que podrían presentar las adolescentes durante la menstruación son: dolor e inflamación de senos, inflamación y calambres en el abdomen, dolor de cabeza, acné, irritabilidad, ansiedad, estado de ánimo depresivo y cambios de apetito. Estos síntomas suelen ocurrir días previos a la menstruación por los bajos niveles de estrógenos y mayores concentraciones de progesterona (Moreno-Gómez y Jáuregui-Lobera, 2022).

Erecciones y eyaculación

  • Los adolescentes experimentan erecciones frecuentes como una respuesta normal a los cambios hormonales.
  • Las erecciones pueden ocurrir espontáneamente y no siempre están relacionadas con la excitación sexual, lo mismo pasa con las eyaculaciones que presentan al dormir.

La menstruación, las erecciones y las eyaculaciones son solamente “la punta del iceberg” de lo que sucede en las y los adolescentes debido a los cambios en la producción de hormonas, lo cual es totalmente nuevo para su cuerpo y causa cambios y vivencias muy complejas. Por ello, es importante que los padres, madres y personas cuidadoras:

  • Muestren empatía hacia los cambios que viven las y los adolescentes.
  • Brinden orientación sobre los cambios corporales para que las y los adolescentes puedan entenderlos, conocerse más y cuidarse de mejor manera.
  • Indiquen a las y los adolescentes que estos cambios pueden variar considerablemente de una persona a otra, pues todos los cuerpos son diferentes y se desarrollan a su propio ritmo (compartirles esta información puede ayudarles a no tener sentimientos de preocupación o inseguridad).

Para saber más:

Haga clic aquí para consultar el cuadernillo “Desarrollo de las y los adolescentes” (IPAS, 2021) y conocer a detalle los cambios internos y externos que ocurren en el cuerpo durante la adolescencia.

Cambios emocionales y sociales

Además de los cambios corporales, las y los adolescentes experimentan cambios emocionales y sociales, pues durante esta etapa buscan comprender quiénes son y cuál es su lugar en el mundo. Durante este proceso, es común que:

  • Cambien su estilo de ropa, música, pasatiempos y grupos de amistades.
  • Den especial importancia a la aceptación y valoración de sus pares e intenten pertenecer a un grupo.
  • Quieran ser más independientes de su familia.
  • Cuestionen los valores que adquirieron en la infancia y traten de encontrar sus propios principios para tomar decisiones.
  • Tengan sentimientos y emociones intensas (por ello, es frecuente observar cambios notorios en su estado de ánimo). En este periodo de altibajos emocionales, las y los adolescentes aprenden a controlar y expresar sus emociones de manera diferente a como lo hacían en su niñez.
  • Exploren sus habilidades y límites personales a través de experiencias nuevas y desafiantes, por ejemplo, pueden interesarse en experimentar y explorar su sexualidad, por lo cual es importante brindarles información y orientación adecuada a su edad para que puedan hacerlo de forma segura.
Ilustración de madre e hija en un desacuerdo.

Es así que las y los adolescentes no son “rebeldes sin causa”, sólo buscan construir su propia identidad y tener mayor autonomía o capacidad para tomar decisiones, lo cual puede provocar conflictos, pues a veces esto choca con los valores de las personas adultas (sean familiares, docentes, vecinos, etc.). Por esta razón, es importante que los padres, madres y personas cuidadoras:

  • Comprendan que estos cambios son normales y que la experiencia de cada adolescente tiene características particulares dependiendo de si es hombre, mujer, persona trans o no binaria; tiene discapacidad; pertenece a un pueblo indígena o afromexicano; tiene abundantes o escasos recursos económicos; cuenta oportunidades educativas; vive en el campo o la ciudad; etc. Por ejemplo, las adolescentes enfrentan múltiples situaciones de violencia y discriminación por ser mujeres.
  • Escuchen a las y los adolescentes reconociendo que su experiencia es real y válida. Esto es lo mejor que pueden hacer para fortalecer su seguridad; por ello, no deben usar frases como “¡ay! estás chavo”, “aún no sabes lo que es la vida” u otras similares.
  • Mantengan un diálogo abierto y respetuoso con las personas adolescentes para ayudarlas a entender los cambios por los que atraviesan y apoyarlas para que vivan esta etapa sintiéndose más cómodas y felices.
  • Fomenten entre las y los adolescentes una toma responsable de decisiones, de tal forma que sean conscientes de las posibles consecuencias y consideren el bienestar propio y de las personas que les rodean.


¿Cómo fomentar el amor propio entre las y los adolescentes para que se sientan bien con su cuerpo e imagen?

Adolescente mirandose frente al espejo.

La percepción que tienen las y los adolescentes sobre su imagen corporal puede verse afectada por las expectativas sociales sobre cómo deben verse los cuerpos, pues frecuentemente reciben de las redes sociales, los programas de televisión, las películas, las canciones y las personas cercanas (como familiares y amistades) mensajes que promueven la idea de que ciertos cuerpos son aceptables mientras que otros no. En especial, las adolescentes pueden sentirse con la presión de “ser bonitas” o, en otras palabras, cumplir con los estándares de belleza que impone cada cultura y sociedad, lo cual puede impactar en su autoestima y las relaciones con sus pares.

La autoestima o amor propio es el respeto, aceptación y cariño que tiene una persona hacia sí misma, implica valorarse de manera positiva y apreciar las cualidades, virtudes, imperfecciones y limitaciones que se tienen. Una autoestima saludable permite a las y los adolescentes:

  • Tener una buena relación con su cuerpo e imagen, lo cual puede contribuir a que sus sentimientos y experiencias tengan lugar de forma más sana y placentera.
  • Reconocer el valor propio y establecer límites, lo cual es esencial para su desarrollo y bienestar emocional, social y sexual.
  • Tomar decisiones, establecer relaciones y enfrentar desafíos con mayor confianza y capacidad para superar situaciones adversas.


¿Cómo abordar con las y los adolescentes el tema del placer sexual, la masturbación y la pornografía?

El placer sexual es un derecho que contribuye al bienestar integral de las personas, pues:

  • Implica una sensación o sentimiento de gusto, goce, disfrute, agrado, etc.
  • Satisface necesidades básicas de contacto, intimidad, afecto y expresión emocional
  • Impacta positivamente en la salud física, mental y sexual (Asociación Mundial de Sexología,1997), pues produce niveles más altos de dopamina y esto aporta energía, alivia el estrés, disminuye la ansiedad y produce bienestar personal.

Cabe mencionar que el placer sexual no se limita al coito (introducción del pene en la vagina o el ano), sino que implica una gran variedad de experiencias que pueden incluir, por ejemplo, caricias y tocamientos hacia uno mismo u otra persona. Educar a las y los adolescentes en este tema no solo contribuye a que tengan una vida sexual satisfactoria, también les permite desarrollar relaciones afectivas o de noviazgo más igualitarias y saludables.

importante

Las madres, padres y personas cuidadoras deben reconocer que el placer sexual forma parte del desarrollo normal de cualquier persona y querer experimentarlo NO es algo malo y NO debe generar culpa o vergüenza.

Observe el siguiente video para saber cómo hablar sobre placer sexual con las y los adolescentes de manera clara, natural y divertida.

Al hablar sobre placer sexual con las y los adolescentes es conveniente abordar el tema de la masturbación y la pornografía, las cuales se relacionan con el autoerotismo, es decir, con la actividad que realiza una persona consigo misma para obtener sensaciones de placer sexual a través del olfato, el tacto, la vista o el gusto. El autoerotismo se vive como una experiencia emocionante y placentera en todo el cuerpo.

La masturbación es una práctica sexual que las personas llevan a cabo al tocar o estimular sus genitales (pene o vagina) generalmente hasta obtener un orgasmo (es decir, el momento más intenso de la excitación sexual). Es muy común que la masturbación se vea como algo “malo”, por lo que suele hacerse con miedo, vergüenza o culpa. Por esta razón, es importante que los padres, madres y personas cuidadoras informen a las y los adolescentes que la masturbación es:

  • Una práctica sexual segura, ya que no implica el riesgo de un embarazo o infección de transmisión sexual.
  • Una expresión natural de su sexualidad donde pueden autoexplorar y disfrutar su cuerpo, lo cual les permitirá sentirse bien y conocerse más.
  • Una actividad que pueden realizar todas las personas a cualquier edad, pues hombres y mujeres tienen derecho a hacerlo en su privacidad (se debe eliminar la idea de que es una práctica normal únicamente en los hombres y el prejuicio de que las mujeres que se masturban son “sucias”, “depravadas” o “impuras”).
Hombre adolescente desnudo con espuma para razurar

Por otro lado, la pornografía presenta imágenes de actos sexuales en fotografías o videos y, como cualquier película, suele tener personajes, guiones y escenarios que son más apegados a la fantasía que a la realidad. Muchas veces, las personas adultas no hablan franca y abiertamente de sexualidad con las y los adolescentes, por lo que recurren a la pornografía para aprender acerca de las relaciones sexuales. Ver pornografía no es una actividad dañina para las y los adolescentes, pero puede llegar a serlo si es la única información que reciben, ya que puede motivar conductas sexuales de riesgo, agresividad sexual y comportamientos machistas (por ejemplo, considerar a las mujeres como objetos sexuales para el placer de los hombres).

Datos de interés

Una encuesta reveló que, en América Latina, 57% de los hombres adolescentes tuvieron su primer acercamiento a la pornografía entre los 13 y 16 años; mientras que el 13% tuvo acceso a material pornográfico antes de los 12 años. Esto quiere decir que 7 de cada 10 hombres ven pornografía desde edades tempranas (Ibarra-Casals y Córdoba, 2020).

Por todo esto, es recomendable que los padres, madres y personas cuidadoras reflexionen junto con las y los adolescentes sobre los mensajes equivocados que puede transmitir la pornografía para que desarrollen una perspectiva crítica al verla. Al mismo tiempo, deben hablarles sobre la importancia de que haya una comunicación clara y constante durante las relaciones sexuales y siempre se respeten las decisiones y los límites que toma cada una de las personas involucradas en estos actos.

Para saber más

Si desea ver un video con consejos para hablar sobre pornografía con los y las adolescentes haga clic aquí.

Si quiere consultar una guía con recomendaciones para ayudar a las y los adolescentes a formarse una visión crítica y realista sobre la pornografía haga clic aquí.



¿Qué creencias y prejuicios impiden a las y los adolescentes vivir su sexualidad plenamente?

Las y los adolescentes se enfrentan cotidianamente a distintos prejuicios y creencias erróneas que les impiden comprender y disfrutar su sexualidad plenamente, pues hay ideas que son muy difundidas y aceptadas socialmente, aunque carecen de respaldo científico, por ejemplo, algunas señalan que tener relaciones sexuales es algo malo, impuro, pecaminoso o antinatural, debe ser motivo de vergüenza, su único propósito es la reproducción, no es un tema que se deba hablar abiertamente, etc.

También, existen muchas creencias y prejuicios sobre cómo deben vivir su sexualidad los hombres y las mujeres, por ejemplo, se espera que las mujeres sean dulces y cariñosas, siempre estén dispuestas a satisfacer y atender las necesidades de otros, no expresen sus deseos sexuales, se interesen sólo en la maternidad y no en el placer sexual; a su vez, persiste la idea de que los hombres tienen que ser fuertes y agresivos y no deben expresar sus sentimientos. Cabe señalar que tradicionalmente se les enseña desde pequeños que llorar o quejarse es una muestra de debilidad y no se les inculca la importancia de ser parejas cariñosas o padres responsables.


Haga clic sobre las imágenes para ver más información sobre distintas creencias que influyen en la forma de ser, pensar, sentir y actuar de hombres y mujeres a lo largo de su vida.

Bebé niño y una bebé niña Niño y niña Una adolescente y un adolescente Una mujer joven y un hombre joven Una mujer y un hombre

Un bebé niño debe vestir de azul y una bebé niña debe vestir de rosa.

Desde antes de nacer, mediante ultrasonido, se observan los genitales para saber si el bebé en camino es niña o niño, dependiendo de si tiene vulva o pene. Estos órganos sexuales pélvicos externos identifican biológicamente a hombres y mujeres. Esto se conoce como sexo, y a partir de él se deciden otras cosas, como la forma de vestir y los colores que le son apropiados, ya sea en la ropa, en los accesorios que usa, e incluso en las paredes y decoración de su habitación.

Un niño debe jugar con autos o pelotas y una niña con muñecas o juegos de té.

En la infancia se eligen determinados juguetes para niños y niñas. Se critica a un niño si desea jugar con muñecas o a una niña si juega a las “luchitas”. También desde pequeños comienzan a escuchar cuentos y a ver películas donde se narran historias de princesas desvalidas en manos de un príncipe valiente.

Una adolescente debe lucir bien para gustarles a los chicos. Un adolescente debe ser atrevido con las mujeres para tener varias novias.

La adolescencia es una etapa importante donde se construye la identidad. Generalmente a esa edad se piensa que las mujeres son sensibles, tiernas y preocupadas por la imagen; que los chicos deben ser activos, autónomos y atrevidos. Cuando una mujer es ruda suele llamársele “machorra”. Los hombres evitan llorar, pero si lo hacen tienen que aguantar adjetivos como “chillón”, “pareces niña”.

Una mujer joven debe ser delgada, delicada y cariñosa. Un hombre joven debe ser musculoso, rudo y seductor.

Muchas mujeres jóvenes consideran que las mujeres valen por su cuerpo, por su belleza y por ser sumisas. En cambio, un varón debe ser musculoso, arriesgado, valiente y firme con las mujeres. Ellas relacionan el sexo con el afecto y cariño, ellos con la diversión y la conquista de mujeres.

La mujer debe atender a las hijas e hijos y la casa. Un hombre debe trabajar para mantener a la familia.

En la edad adulta se espera que mujeres y hombres cumplan roles apegados a un patrón en el que ellas “son de la casa” y ellos “son de calle”. Por lo tanto, la crianza y el trabajo doméstico se consideran como actividades exclusivas de las mujeres, y el trabajo productivo y con remuneración económica como exclusivo de los hombres. Si un hombre decide cuidar de su hogar suele llamársele “mandilón” y cuando la mujer no desea ser madre escucha decir “si no tienes hijos no te vas a realizar como mujer”.


Para reflexionar:

¿Cuáles de estas creencias reproduce en casa?

Los padres, madres y personas cuidadoras deben abordar todo esto a partir de una visión más precisa y saludable de la sexualidad, basada en el conocimiento científico, para que las y los adolescentes puedan tener experiencias sexuales de manera libre, informada y satisfactoria, de acuerdo con lo que sienten, desean y eligen, sin dejarse llevar por prejuicios y creencias obsoletas sobre cómo deben actuar hombres y mujeres.

Para reflexionar:

¿Las y los adolescentes que usted cuida tienen la suficiente información sobre sexualidad?


Analice su respuesta a partir del siguiente derecho:

Derecho a la información completa científica y laica sobre la sexualidad

De clic en el botón Reproducir para conocer más.

Para decidir libremente sobre mi vida sexual necesito información. Tengo derecho a recibir información veraz, no manipulada o sesgada. Los temas relativos a la información sobre sexualidad deben incluir todos los componentes de ésta: género, erotismo, vínculos afectivos, reproducción y diversidad. El Estado debe brindar información laica y científica de manera continua de acuerdo con las necesidades particulares de las/os jóvenes.

En ocasiones, se piensa que las personas adolescentes no están preparadas para ejercer sus derechos de forma independiente, pero si reciben información adecuada e integral sobre sexualidad es más probable que puedan ejercer sus derechos sexuales y reproductivos tomando decisiones libres, responsables e informadas.

¿Cómo puedo contribuir al ejercicio de este derecho?

Conozca algunas herramientas que pueden ser de utilidad para que las y los adolescentes ejerzan este derecho:

Como madre, padre o persona responsable del cuidado de adolescentes tiene mucho que aportar a este derecho, comenzando por acceder usted directamente a la información, acercándose a fuentes confiables que tienen como objetivo fomentar la salud sexual y reproductiva. Habiendo obtenido esta información, puede compartirla con las/los adolescentes, o bien hacerlo de forma simultánea, aprendiendo juntas/os. Una de las fuentes de información a las que acceden las y los jóvenes es comolehago.org donde puede encontrar contenidos para compartir con ellas/os.




¿Qué pueden hacer las familias para que las y los adolescentes vivan su sexualidad plenamente?

Para que las y los adolescentes vivan su sexualidad de manera plena y saludable, las personas responsables de su cuidado deben brindarles una educación sexual que les permita comprender que:

  • Hombres y mujeres pueden explorar su propio cuerpo (por ejemplo, tocándose, masturbándose o mirándose sin ropa frente a un espejo) para conocerse más y saber qué disfrutan.
  • Tener relaciones sexuales es algo natural y placentero cuando es resultado de una decisión propia, consciente e informada.
  • No hay una edad específica que sea la mejor para tener relaciones sexuales por primera vez, esto debe ocurrir cuando la persona se sienta mental, emocional y físicamente preparada y considere que es el momento adecuado.
  • Las relaciones sexuales permiten experimentar deseos, sentimientos, fantasías, emociones y placer (no son únicamente para embarazarse y tener bebés).
  • Existen distintos métodos anticonceptivos (condones, parches, implantes, pastillas, etc.) para protegerse contra infecciones de transmisión sexual y embarazos no planeados y lo mejor es usarlos en cada encuentro sexual, desde el primer momento.
  • Las relaciones afectivas y sexuales son emocionalmente saludables cuando se basan en el respeto mutuo, el cuidado, la comunicación y la igualdad.
  • Durante un encuentro sexual es fundamental que haya una comunicación asertiva entre las personas involucradas, de tal forma que puedan dialogar sobre los deseos y expectativas que tienen y establecer acuerdos explícitos y límites claros. Las decisiones y límites que las y los adolescentes tomen al participar en actos sexuales siempre deben ser respetadas.

Hablar con las y los adolescentes sobre estos temas de forma honesta y sin prejuicios, destacando la importancia de tomar decisiones informadas, al igual que los aspectos positivos de abrazar, besar, acariciar, masturbarse o tener relaciones sexuales, puede contribuir a que vivan su sexualidad de manera plena, segura y responsable.



Haga clic sobre “Aprendamos cómo…” para encontrar materiales de consulta complementarios
y actividades que puede realizar junto con las y los adolescentes.

Datos de interés
Madre e hija adolescente platicando

Para hablar sobre placer sexual con las y los adolescentes usted puede:

1) Ponerse como propósito buscar el momento oportuno para abordar este tema, por ejemplo, la oportunidad podría presentarse al conversar sobre las experiencias de personas conocidas o después de ver una película o programa de televisión donde los personajes tienen relaciones sexuales. Algunas preguntas para detonar la conversación podrían ser:

  • ¿Piensas que la situación fue realista?
  • ¿Crees que ambos sintieron placer?
  • ¿Consideras que establecieron acuerdos antes de tener relaciones sexuales?

2) Hacer clic aquí para descargar una infografía sobre “El derecho al placer sexual”, la cual puede compartir con su adolescente para que puedan hablar al respecto posteriormente, por ejemplo, podría comentarle que le parece importante que conozca esta información y que si tiene alguna duda puede acercarse a usted para charlar (dependiendo de su respuesta, podrían seguir platicando sobre el placer sexual en ese instante; no se desanime si esto no sucede, recuerde que la educación sexual para adolescentes es un proceso que va más allá de una sola conversación).



Reflexiones finales...

Las y los adolescentes atraviesan una etapa decisiva para la construcción de su identidad, donde las decisiones y experiencias relacionadas con su sexualidad tienen importantes implicaciones en su salud y bienestar, por lo que es fundamental brindarles una educación sexual integral que les permita:

  • Entender los cambios que experimentan en su cuerpo, emociones y relaciones y aprender a gestionarlos de la mejor manera posible.
  • Conocer, cuidar y amar su cuerpo tal cual es y exigir que sea respetado en todo momento.
  • Tener una comunicación asertiva al establecer relaciones afectivas y/o sexuales para que puedan compartir con libertad, claridad y seguridad sus deseos, necesidades, límites y decisiones.
  • Comprender que las relaciones sexuales son algo natural, sano y placentero si están basadas en el respeto mutuo, el cuidado, la comunicación y la igualdad.
Familia